He estado enfrente de mi computador cerca de 2 horas, intentando poner mi cabeza en orden antes de volcar las palabras sobre lo que asemeja un papel que no puedo tocar.
Creo que he estado enfrente de la misma hoja intentando poner orden por 6 años ya. Quería escribir, sí, pero todo lo que venía a mi mente eran insultos, improperios y ultrajes contra ti. Quería escribir y que te llegaran cada una de mis palabras con el propósito firme de herirte, pero no soy ese tipo de mujer. Así que ahora escribiré para mí. Así comenzó este camino de resurgimiento. Así me di cuenta, con el tiempo, que tras destruir mi matrimonio, romper la familia que con esfuerzo, metas y sueños había construido, tras robarte el hombre por el cual yo había dejado todo, sin mentirte, TODO; tras todo eso lo que verdaderamente hiciste, fue salvarme a mí. Me obligaste a despojarme de tantas cosas… ¡No te imaginas! Tuve que renunciar a criterios que por años había alimentado, a fragmentos a los que verdaderamente me aferraba, a contratos morales autodefinidos… Hasta palabras que antes solía usar con total propiedad, que de repente fueron absurdas e impropias. La bulimia mental y emocional me intoxicaron a diario y el alimento constipaba mi garganta clausurada por la permanente sensación de sofoco y desesperación. La guerra entre las dos fue tácitamente declarada, -inclusive lo fue verbalmente- soy consciente de ello y no te niego que al irme yo despojando de mi misma llevabas por lo alto el conteo de batallas ganadas; veía desde el suelo, derrotada y humillada, como tomabas posesión de todo lo que era mío, cómo iniciabas, orgullosa, la era de tu gobierno. Para entonces me sentía como Dorothy Dandridge en los 50´s, en medio de todo el conflicto personal en un mundo racista y dictatorial, donde te había salpicado de confianza con la punta del dedo de mi pie y tú habías ordenado inmediatamente desocupar y “desinfectar” esa piscina. Lograste humillarme en incontables niveles cuando mandaste a “desocupar y desinfectar” y te hicieron caso, pero en mi entereza yo sabía que estabas equivocada; siempre lo supe, mi instinto me gritaba que no eras de fiar. Lo que yo no sabía era cómo tomar ese concepto de desocupar y desinfectar mi vida, erguida y con dignidad, lejos de tomarlo como una humillación. Y esa fue la primera cosa que, sin ser tu intención, me enseñaste. No te lo niego, no fue nada fácil limpiar los escombros. Pararme completamente catatónica frente a ese cúmulo de destrucción y residuos a la que solía llamar “mi vida” para darme cuenta que once largos años de construcción personal y familiar podían derribarse al tu chasquear tus dedos. Ingenua, lloré incontables noches. ¡Qué iba yo a saber cómo cambiaría la vida! En los días en los que empecé a tener un poco más de luz, logré asustar a mis sombras. Con esa primera enseñanza que habías traído a mi vida, -desocupar y desinfectar- pude empezar a hacer espacio para lo más importante: YO MISMA. Poco a poco el nudo en la garganta fue cediendo y permití que el alimento volviera a reconstruirme desde adentro. Pero no era suficiente. Nunca me abandonó la idea persistente de una comparación arrogante e innecesaria contigo… ¿Qué diablos podrías tener tu tan fenomenal, tan increíble que tuviera el poder de deshacer todos mis esfuerzos? ¿Lo que era, para entonces, la razón de mi vida? Tal vez eras exitosa. Tal vez el tiempo que te diste para vivir tu vida y experimentar, tiempo que no me di yo por comprometerme con un matrimonio y por apoyar incansablemente al que fue mi esposo y ahora es el tuyo; te había convertido en una mujer deslumbrante, con la que cualquier hombre quisiera estar. Si, te odié, te envidié… Hasta quemó mi mente en medio de la desesperación agobiante, y para entonces mortal, la idea de llegar a ser como tú para volver a atraer la atención del hombre que besó mi mejilla, sacrificándome frente a ti, alimentando tu altivez y dándote el trofeo de la victoria. Querer ser como tu… ¿Cómo lo habías logrado? Segunda enseñanza. Lograste irte del país a compartir tu vida con alguien de imponente posición social. Lograste trabajar en un exclusivo hospital de niños. Lograste conquistar a un hombre casado. Lograste destruir una familia. Lograste separar a una niña inocente de su padre. Lograste construir tu propio hogar desde las ruinas que tú misma armaste. Lograste tener tu propia hija con el hombre que ya no voltea a mirar a su primera hija… No. Definitivamente no quiero ser como tú. Tercera enseñanza. Eso me daba la habilidad y la capacidad de reinventarme. Me di cuenta que me estabas tendiendo otra vez, sin darte cuenta, la oportunidad de encontrar una mejor versión de mí. Supongo que todos podemos ser serpientes, lo que nos diferencia es que algunas serpientes inyectan su veneno y otras, simplemente, dejan atrás la piel después del crecimiento inminente. Gracias por mostrarme lo obvio de una forma tan cruda. Gracias por presionar mi cambio, mi evolución. Sigo frente al mismo papel, casi 8 años después, y para ser honesta creo que seguiré enfrentando este papel el resto de mi vida porque en él está escrita mi historia y ya no puedo leerla de la misma forma. Ya no puedo leerla desde el dolor y el resentimiento porque esos sentimientos se fueron con la piel que dejé atrás. Hoy simplemente tengo agradecimiento contigo, me siento agradecida por las ruinas que generaste porque me permitieron limpiarme, estructurarme con bases más sólidas, compartir este resurgimiento solo con mi hija, encontrar el verdadero amor propio y el verdadero amor de mi vida; me permitió darme cuenta que quien quitaste de mi camino no traía a mi vida lo suficiente y jamás iba a impulsarme para que yo llegara a ser todo lo que hoy en día soy, pero que a ti te alcanza. Deseo para ti que alcances algún día el estado de plenitud, amor y felicidad que tú me permitiste, a través de tus acciones, alcanzar.
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AutoraMi nombre es Cindy Johnson, pero todos me dicen CJ. En la vida me acompaña mi preciosa hija de 9 años, Samantha y el hombre más maravilloso, Enrique. Soy psicóloga y tengo varias historias de vida para compartir. Mi intención con el contenido que te ofrezco es, de una forma biográfica, a través de la derrota, a partir de la programación neurolingúistica y la autogestión y basándome en la regulación emocional, el afrontamiento y la aceptación mostrarte cómo he conseguido mejores resultado y cómo ha cambiado, exponencialmente, mi calidad de vida! Archivos
February 2021
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