¡Esto de las relaciones de pareja es más complejo de lo que pensábamos! ¿Te acuerdas cuando éramos pequeños, que nos decían que papá y mamá se besaban porque se querían mucho? ¡Ja! ¡Si fuera así de fácil! La realidad es que hay un sinfín de actitudes que pueden nutrir o destruir a una pareja. Es por lo que los estudiosos han reconocido y organizado algunos principios de desarrollo de la diada que los ayuda y nos ayuda también a nosotros a entender un funcional comportamiento de pareja basado en principios adecuados de comunicación y acción. Me gustaría explicártelos a continuación: PRINCIPIO DE DESLINDE: Se da cuando dos personas logran satisfacer su necesidad de seguridad afectiva sin que haya un perjuicio de su necesidad de identidad personal. En este sentido, la relación de pareja se gesta de forma equilibrada y bien llevada. Para lograr esto, ambas personas en la diada deben ser conscientes tanto de sus similitudes como de sus diferencias. Esta conciencia genera dos sentimientos indispensables para la pareja: El amor por aquello que les asemeja y el respeto por aquello que los diferencia. PRINCIPIO DE FLEXIBILIDAD DE ROLES: Se basa en que las dos personas que conforman la pareja sepan adecuar su comportamiento en favor de las circunstancias que acontezcan en la vida y trayectoria de la pareja. De forma individual, cada miembro de la diada atravesará por acontecimientos que lo obligarán a desempeñar un papel determinado y así, el otro tendrá que asumir el rol complementario. Esto se da en situaciones de enfermedad, desempleo, cuidado de hijos y parientes, etc. PRINCIPIO DE IGUALDAD DE VALOR: Plantea que las dos personas se consideren iguales entre sí. La igualdad no tiene que ser cultural, económica, física o social, ya que, con la independencia de estas condiciones, ambas personas se valoran entre si como individuos iguales. Este principio les permite una comunicación fluida y transparente, conocerse, disfrutarse, intimar, negociar cuando se presenten eventos antagónicos, cooperar y compartir. Una vez los has conocido, ¿Crees que tu pareja y tu cumplen con estos principios de desarrollo de la diada? ¡Un abrazo que te alcance hasta allá!
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Seguro has escuchado que las películas (bueno, algunas) nos arruinaron el concepto de amor que fuimos forjando conforme crecíamos: siempre debía tratarse de un chico apuesto, fornido, atractivo, alto, simpático, divertido, seguro de sí mismo y con rasgos de personalidad que tienden a lo sensual, a lo detallista, cariñoso, erótico… Y la mujer debe tener un cuerpazo, ser súper atractiva, debe ser alta pero no más que su compañero y con una necesidad de protección implícita que no raye en la inseguridad por sí misma.
El quid de la situación es que esto nos ha generado falsas expectativas y nos ha levado a buscar relaciones utópicas que si no están ahí nos las inventamos, y esto nos lleva a las dependencias y la obsesión por las relaciones perfectas; olvidando que las bases de fortaleza de las mismas pueden ir por un lado completamente diferente. El verdadero golpe está cuando abrimos los ojos y nos enfrentamos a la realidad. No todo es tan mágico, hay diferencias entre los miembros de la pareja, el cuerpo no lo es todo, no me protege, sino que me lastima; no podemos estar todo el tiempo juntos haciendo lo que más nos gusta y la ola de depresión, que ya es inminente, no se hace esperar. La pareja ideal es UN MITO. No existe. Los que sí podemos construir es una relación de pareja ideal para los intereses y objetivos de los dos como miembros de la diada, con acuerdos en común, compromisos en común, esfuerzos en común… Finalmente, tendrán algo útil para los dos y para nadie más porque se estarán moviendo en su lenguaje propio; creado y hablado únicamente dentro de esa ÚNICA pareja. ¿Quieres conocer otros mitos sobre las relaciones de pareja ideales? Mito #1: Si somos pareja tenemos que hacerlo todo juntos. Nada más alejado de la realidad, pues esto anula a cada persona como ser individual solamente por estar involucrado en una relación de pareja. Es cierto que las actividades en común fortalecen el vínculo afectivo entre los miembros de la pareja, sin embargo, cada uno tiene sus gustos propios y sus preferencias; al igual que amigos y tareas de las cuales hacerse responsables. Esta bien tanto el realizar actividades en común como el realizarlas por separado. El pasar cada segundo del día al lado de esa persona especial no garantiza la buena y saludable constitución de la pareja ni que vaya a tener trayectoria. Igualmente, el extremo opuesto tampoco es el indicado: El desprendimiento tanto de las actividades como de la persona con la que se está llevando a cabo la relación tampoco es lo indicado. Es preciso comunicar lo que agrada y lo que no. Hay que fomentar el mutuo acuerdo, la negociación y el entendimiento de que cada persona dentro de la pareja puede realizar actividades que la pareja no realice y que eso esta bien, es aceptable y que no hay necesidad de depender. Mito #2: Tener hijos arregla una mala relación de pareja. Este si que es un tema bastante serio porque estamos involucrando a un tercero, totalmente independiente e inocente de la situación de la pareja; pero que par algunas personas y/o parejas significa la solución a sus problemas. La llegada de un hijo es una sensación maravillosa y una situación llena de felicidad y emociones positivas que se van descubriendo tanto a nivel personal como en pareja; pero también una acción que va a traer muchísima presión para la pareja, no solo en comunicación sino también en ámbito económico, social, laboral y que va a requerir un entendimiento bastante grande entre los dos. La llegada de un bebé si bien puede ayudar a distraer un poco toda la situación problémica que viene desarrollando la pareja, esta situación base va a continuar allí presente y el ignorar su presencia no es una solución. De igual forma, es muy probable que se deriven otras dificultades en la pareja a raíz de la crianza dado que no se encuentran alineados y que la comunicación en la pareja se deteriore cada vez más. Mito #3: El tiempo lo cura todo. La verdad es que si no haces tu parte NADA cura por si solo. Con el tiempo dejarás de percibir el dolor y el malestar constante que la situación te ocasionaba, pero esto no quiere decir que hayas curado; mucho menos que haya habido una resolución del conflicto y éste sigue presente mientras cada miembro de la pareja continúe manteniendo su postura frente a la situación problemática. Es sano dejar pasar un periodo de tiempo corto mientras se ponen tanto cabeza como emociones en orden y reflexionar sobre el conflicto es beneficioso, sin embargo, cuando se olvida el problema en el tiempo y no se retoma el asunto para darle resolución en medio de una comunicación empática y asertiva, retomando también percepciones y sentimientos. Mito #4: Nuestra pareja tiene que realizar todos nuestros sueños. ¡Que lindo es cuando conseguimos los sueños y los objetivos en pareja! Pero esto no significa que nuestra pareja esté obligada a realizarlo por nosotros ni a trazar el camino de estos. Es importante que nos apoyemos en el otro miembro de la pareja y que juntos establezcan una vía optima para caminar juntos hacia los objetivos planteados por cada uno de los miembros o por ambos; pero de ninguna manera el estar en pareja significa obligación o compromiso por los sueños o los objetivos propios. Mito #5: El amor verdadero permite saber lo que el otro piensa. Esta es más bien una distorsión, ya que nadie cuenta con el super poder de lectura de mente. Esta distorsión no solamente ocurre en pareja sino en diferentes personas como parte de su día a día y, al no cumplirse esta lectura de mente, surge el malestar emocional con sentimientos como la rabia, el enfado o la tristeza. Si quieres que tu pareja sepa en que estás pensando es imperativo que lo verbalices, que lo comuniques en voz alta. Y disfruta de las coincidencias que se den cuando, por una cuestión de suerte, puedan decir: ¡Estaba pensando en lo mismo que tú! Mito #6: Una pareja infeliz es mejor que un hogar roto. De ninguna manera esto puede ser así, aunque suele ser un mito muy frecuente en las familias o las parejas con hijos pequeños. Siempre están tratando de llevar el estado infeliz de la pareja a cuestas solo por “el bienestar de los hijos”. Pero lo que es verdad en esta situación es que ninguno está obteniendo beneficio de esto… Ni los miembros de la pareja a nivel personal, ni la pareja como tal, ni mucho menos los hijos que quedan en la mitad del conflicto. Es preciso buscar a ayuda para encontrar vías sanas de comunicación y entendimiento y, muchas veces, para lograr reconocer que es necesario para todos el rompimiento de la diada, con miras a la solución de un esquema saludable para la dinámica de la nueva situación frente al rompimiento. Puede que estés atravesando una situación que parece acertada, espero esta entrada te permita reconocer que se trata de un mito y que no se trata más que de un camino cerrado. Toma acciones prontas para evitar consecuencias importantes que lastimen a los que más quieres, iniciando por ti mismo/a. ¡Un abrazo que te alcance hasta allá! Cada relación debe basarse en un sistema de cuidados: las relaciones de padres e hijos, las relaciones laborales y, ciertamente, las relaciones de pareja no son la excepción. En estas últimas relaciones se desarrolla un lenguaje de incondicionalidad; componente fundamental que depende también de las personas y las etapas de las personas y la relación. Pero para conseguir que las emociones y los objetivos de la pareja se mantengan duraderos, hay algunos “infaltables” que debes practicar en tu relación de pareja:
Confianza: La autoconfianza favorece el éxito en las metas personales y la confianza en tu pareja alimenta el respeto mutuo y los hace crecer al asociarse con la sinceridad, el espacio, el tiempo y la comprensión. Comunicación: Es un elemento fundamental muy vinculado a la intimidad y súper necesario para la expresión del afecto, para aclarar la relación de igualdad y para sobrellevar las coincidencias o discrepancias en las distintas áreas donde se mueve la relación. Sinceridad: Es quizá el “infaltable” más importante ya que conlleva el establecer una comunicación abierta y natural sobre cualquier tema sin necesidad de esconder ni ocultar elementos de ningún tipo. Empatía: Representa esa habilidad de ponernos en el lugar del otro y comprender sus sentimientos. Se trata de “ver” a través de los ojos del otro. Dedicación: Interés por el bienestar de la otra persona, querer cuidar su salud, sus intereses, prestar atención a sus necesidades, interesarse por el día a día… Querer a la otra persona en tu vida y cuidar los detalles, cuidar del otro relacionándose y estableciendo un vínculo afectivo saludable, duradero y estable en el tiempo es dedicación. ¡Un gran infaltable! Afecto y cariño: La expresión del afecto conlleva al aumento de la satisfacción en la pareja y la comunicación y la comunicación de sentimientos sin necesidad de verbalizar… Miradas, besos, expresiones de cariño, caricias, detalles materiales, preparar un baño caliente después de un largo día de trabajo o hacer la cena es muestra de cariño puro. Autonomía: No todas las actividades deben realizarse de forma unida. La autonomía es encontrar espacio para realizar actividades de interés propio de forma individual y encontrar espacio también para estar en pareja. ¿Tu pareja y tu practican estos infaltables? ¡Un abrazo que te alcance hasta allá! He estado enfrente de mi computador cerca de 2 horas, intentando poner mi cabeza en orden antes de volcar las palabras sobre lo que asemeja un papel que no puedo tocar.
Creo que he estado enfrente de la misma hoja intentando poner orden por 6 años ya. Quería escribir, sí, pero todo lo que venía a mi mente eran insultos, improperios y ultrajes contra ti. Quería escribir y que te llegaran cada una de mis palabras con el propósito firme de herirte, pero no soy ese tipo de mujer. Así que ahora escribiré para mí. Así comenzó este camino de resurgimiento. Así me di cuenta, con el tiempo, que tras destruir mi matrimonio, romper la familia que con esfuerzo, metas y sueños había construido, tras robarte el hombre por el cual yo había dejado todo, sin mentirte, TODO; tras todo eso lo que verdaderamente hiciste, fue salvarme a mí. Me obligaste a despojarme de tantas cosas… ¡No te imaginas! Tuve que renunciar a criterios que por años había alimentado, a fragmentos a los que verdaderamente me aferraba, a contratos morales autodefinidos… Hasta palabras que antes solía usar con total propiedad, que de repente fueron absurdas e impropias. La bulimia mental y emocional me intoxicaron a diario y el alimento constipaba mi garganta clausurada por la permanente sensación de sofoco y desesperación. La guerra entre las dos fue tácitamente declarada, -inclusive lo fue verbalmente- soy consciente de ello y no te niego que al irme yo despojando de mi misma llevabas por lo alto el conteo de batallas ganadas; veía desde el suelo, derrotada y humillada, como tomabas posesión de todo lo que era mío, cómo iniciabas, orgullosa, la era de tu gobierno. Para entonces me sentía como Dorothy Dandridge en los 50´s, en medio de todo el conflicto personal en un mundo racista y dictatorial, donde te había salpicado de confianza con la punta del dedo de mi pie y tú habías ordenado inmediatamente desocupar y “desinfectar” esa piscina. Lograste humillarme en incontables niveles cuando mandaste a “desocupar y desinfectar” y te hicieron caso, pero en mi entereza yo sabía que estabas equivocada; siempre lo supe, mi instinto me gritaba que no eras de fiar. Lo que yo no sabía era cómo tomar ese concepto de desocupar y desinfectar mi vida, erguida y con dignidad, lejos de tomarlo como una humillación. Y esa fue la primera cosa que, sin ser tu intención, me enseñaste. No te lo niego, no fue nada fácil limpiar los escombros. Pararme completamente catatónica frente a ese cúmulo de destrucción y residuos a la que solía llamar “mi vida” para darme cuenta que once largos años de construcción personal y familiar podían derribarse al tu chasquear tus dedos. Ingenua, lloré incontables noches. ¡Qué iba yo a saber cómo cambiaría la vida! En los días en los que empecé a tener un poco más de luz, logré asustar a mis sombras. Con esa primera enseñanza que habías traído a mi vida, -desocupar y desinfectar- pude empezar a hacer espacio para lo más importante: YO MISMA. Poco a poco el nudo en la garganta fue cediendo y permití que el alimento volviera a reconstruirme desde adentro. Pero no era suficiente. Nunca me abandonó la idea persistente de una comparación arrogante e innecesaria contigo… ¿Qué diablos podrías tener tu tan fenomenal, tan increíble que tuviera el poder de deshacer todos mis esfuerzos? ¿Lo que era, para entonces, la razón de mi vida? Tal vez eras exitosa. Tal vez el tiempo que te diste para vivir tu vida y experimentar, tiempo que no me di yo por comprometerme con un matrimonio y por apoyar incansablemente al que fue mi esposo y ahora es el tuyo; te había convertido en una mujer deslumbrante, con la que cualquier hombre quisiera estar. Si, te odié, te envidié… Hasta quemó mi mente en medio de la desesperación agobiante, y para entonces mortal, la idea de llegar a ser como tú para volver a atraer la atención del hombre que besó mi mejilla, sacrificándome frente a ti, alimentando tu altivez y dándote el trofeo de la victoria. Querer ser como tu… ¿Cómo lo habías logrado? Segunda enseñanza. Lograste irte del país a compartir tu vida con alguien de imponente posición social. Lograste trabajar en un exclusivo hospital de niños. Lograste conquistar a un hombre casado. Lograste destruir una familia. Lograste separar a una niña inocente de su padre. Lograste construir tu propio hogar desde las ruinas que tú misma armaste. Lograste tener tu propia hija con el hombre que ya no voltea a mirar a su primera hija… No. Definitivamente no quiero ser como tú. Tercera enseñanza. Eso me daba la habilidad y la capacidad de reinventarme. Me di cuenta que me estabas tendiendo otra vez, sin darte cuenta, la oportunidad de encontrar una mejor versión de mí. Supongo que todos podemos ser serpientes, lo que nos diferencia es que algunas serpientes inyectan su veneno y otras, simplemente, dejan atrás la piel después del crecimiento inminente. Gracias por mostrarme lo obvio de una forma tan cruda. Gracias por presionar mi cambio, mi evolución. Sigo frente al mismo papel, casi 8 años después, y para ser honesta creo que seguiré enfrentando este papel el resto de mi vida porque en él está escrita mi historia y ya no puedo leerla de la misma forma. Ya no puedo leerla desde el dolor y el resentimiento porque esos sentimientos se fueron con la piel que dejé atrás. Hoy simplemente tengo agradecimiento contigo, me siento agradecida por las ruinas que generaste porque me permitieron limpiarme, estructurarme con bases más sólidas, compartir este resurgimiento solo con mi hija, encontrar el verdadero amor propio y el verdadero amor de mi vida; me permitió darme cuenta que quien quitaste de mi camino no traía a mi vida lo suficiente y jamás iba a impulsarme para que yo llegara a ser todo lo que hoy en día soy, pero que a ti te alcanza. Deseo para ti que alcances algún día el estado de plenitud, amor y felicidad que tú me permitiste, a través de tus acciones, alcanzar. Yo creo que hace tal vez mucho tiempo te diste cuenta que no funciona, que te duele, que sus conductas tóxicas te siguen alcanzando, que tu sigues perdonando y sacrificándote para que estén bien... Yo creo que sabes todo esto, pero lo más difícil es aceptarlo y decir adiós.
Y esto es porque le temes al cambio, estás acostumbrada/o a estar con esa persona que te consume, que te intoxica... esa persona es tu zona de confort y de ahí no estás muy cómodo con la idea de salir porque, para bien o para mal es todo lo que conoces, o bien porque le temes a empezar nuevamente solo, valiéndote de nadie más que de ti mismo. Y ¿sabes? ...No estás muy lejos de poder tomar las riendas nuevamente, pero estás en el paso más dificil, no voy a mentirte, la situación está haciendote daño y mucho, de eso debes estar muy segura/o, pero no cambiará nada a menos que tu tomes la decisión que lo cambiará todo: HE DECIDO DEJARTE. Voy a ayudarte a tomar esa decisión que debes tomar, mostrándote las principales señales que te dirán que el amor terminó. Una vez puedas reconocer que están sucediendo todas o la mayoría de estos síntomas, decidirte a cortar y seguir con tu vida no debería ser tan dificil porque, vamos, lo tienes frente a ti... Presta atención:
"Los primeros días, cuando el que era mi esposo decidió engañarme y abandonarnos a mi y a mi pequeña hija que en ese entonces tenía solo 3 años, pensé que no sobreviviría.
Al igual que muchas de ustedes, tuve que enfrentarme a ser madre soltera, cuando aún no tienes ni siquiera un método eficaz para ser madre. Pero logré superar todo el gran desafío que supone ser madre soltera, educar a mi hija yo sola, logré realizarme también profesionalmente pues hoy soy Psicóloga y busco apoyar a madres que atraviesan la misma situación que años atrás yo tuve que atravesar confundida y sin saber verdaderamente que hacer. Tuve, tal vez como tú, muchas preguntas y no encontraba en nada y en nadie las respuestas que buscaba. Necesitaba entender cómo seguir con mi vida, cómo no ahogarme en la desesperación, cómo volver a vincularme en la búsqueda de pareja ahora como una madre soltera; en donde encontré todo tipo de situaciones, desde hombres que huyen al escenario madre – hija, quienes pusieron espantosos sobrenombres a mi hija como: “paquete” o “problema” y ni decir que de mi se refirieron como “mujer con cola”, entendiéndose a quien estaba detrás de mí – mi hija-. El tiempo de desengaño y configuración de mi parte a esta nueva vida, en ocasiones, era más fuerte que yo. Pero entonces me di cuenta de algo… Todo, absolutamente todo lo que yo quería conseguir estaba del otro lado de mi miedo… Mi miedo por empezar, mi miedo por volver a sentir que valía como mujer y como pareja para alguien, mi miedo de no ser capaz de ser una buena madre para mi hija, mi miedo de quedarme sola el resto de mi vida". Aprendí así técnicas muy importantes que hoy quiero compartir contigo porque quiero ayudarte a que esta historia no sea igual contigo. TU eres CAPAZ. TU eres SUFICIENTE. TU eres GRANDIOSA. Hace unos años escribía, en un blog que había creado, consejos y tips para llevar un buen matrimonio. Unos meses después estaba divorciándome. Hoy, casi 7 años después, escribo este nuevo blog… No sobre cómo llevar un buen divorcio, sino sobre cómo empezar de cero, nuevamente; amarse a sí mismo, vivir el duelo, reconstruirse, superarse, volver a ser.
Me costó muchísimas noches sin dormir, llorando a mares, odiando a la humanidad, maldiciendo, tratando de encontrar el error, rectificando mis acciones, buscando los motivos que llevaron a que mi matrimonio se terminara y cinco largos años de estudiar psicología mientras reconstruía mi vida y retomaba mis sueños. Y acá estoy. Empecemos con una noción fácil: Nada es tuyo si no trabajas por ello; desde cumplir el gran sueño que tienes hasta recoger los fragmentos de ti mismo y empezar a pegar uno por uno de los pedazos – turecuperación – amando cada una de tus cicatrices y acariciando cada una de las líneas de rastro del daño que ha quedado. Y dos cosas son absolutamente claras:
Empieza hoy. Si estás aquí es porque quieres un cambio, quieres sentirte mejor o te sentiste identificado con algo de mi historia, bien, si yo pude lograrlo tu también vas a hacerlo! Te dejo un abrazo gigante! CJ Johnson |
AutoraMi nombre es Cindy Johnson, pero todos me dicen CJ. En la vida me acompaña mi preciosa hija de 9 años, Samantha y el hombre más maravilloso, Enrique. Soy psicóloga y tengo varias historias de vida para compartir. Mi intención con el contenido que te ofrezco es, de una forma biográfica, a través de la derrota, a partir de la programación neurolingúistica y la autogestión y basándome en la regulación emocional, el afrontamiento y la aceptación mostrarte cómo he conseguido mejores resultado y cómo ha cambiado, exponencialmente, mi calidad de vida! Archivos
February 2021
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